martes, 23 de julio de 2019

Walter J. Ong, "Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra"

PRETEXTOS
WALTER J. ONG
ORALIDAD Y ESCRITURA. TECNOLOGÍAS DE LA PALABRA
por
Raúl Garrobo Robles

Walter J. Ong se adentra en esta obra de manera sistemática y prospectiva en el campo de estudio inaugurado por Milman Parry en torno a la oralidad primaria del lenguaje entre las sociedades sin escritura. Parry había dado buena cuenta de la naturaleza exclusivamente oral de la composición de los poemas homéricos, donde el lenguaje formulario funciona a un tiempo como exigencia creativa y recurso de expresión sobre el que se sostiene la perfomance en que consisten los poemas. Su trabajo fue continuado por Albert B. Lord, quien pudo comprobar de primera mano cómo funcionaba la composición oral entre los bardos yugoslavos de mediados del siglo XX, entre cuyas composiciones pudo constatar la importancia tanto de la repetición como de la variabilidad. Finalmente, los estudios realizados por estos pioneros sirvieron a autores como Erick A. Havelock y Jack Goody para fijar la problemática esencial de la reflexión en torno al binomio oralidad-escritura. Ong recorre inicialmente las aportaciones de todos éstos para, acto seguido, profundizar en la enumeración de las características de lo que él denomina psicodinámicas de la oralidad, donde alcanza a definir la expresión verbal y el pensamiento orales como acumulativos, antes que subordinados y analíticos, y, en consecuencia, redundantes, homeostáticos y situacionistas. Acumulativos antes que subordinados y analíticos, pues tanto la expresión verbal como el pensamiento de condición oral, al carecer de la tecnología de la escritura sobre la que plegarse sobre sí mismos para contemplarse como ante un espejo, tienden a la adición y eluden la división sintagmática. Redundantes, pues sólo la reiteración de lo ya dicho garantiza su retención memorable. Homeostáticos, pues este tipo de expresión verbal y pensamiento orales se actualizan y reequilibran desde el presente continuo de la memoria colectiva del grupo humano en el que operan. Y, finalmente, situacionistas, pues al carecer de la profundidad abstractiva que otorga la escritura, la palabra y el pensamiento de las culturas funcionalmente orales desarrollan su actividad verbal en contacto con las situaciones vitales concretas en las que se inscriben y ante las que reaccionan. Allí donde la escritura hace acto de presencia, continúa Ong, la textualidad termina por reestructurar la conciencia. A pesar de ello, cabe distinguir entre las culturas medievales del manuscrito, donde las dinámicas sociales de la oralidad como la lectura colectiva en voz altapersisten sobre la potencia distanciadora de la escritura, y las culturas tipográficas como la nuestra, donde la textualidad enajena profundamente las psicodinámicas de la oralidad.

Walter J. Ong, Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra, Fondo de Cultura Económica, México D. F., 2002.

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