miércoles, 1 de mayo de 2019

Aristóteles, "Ética a Nicómaco"

PRETEXTOS
ARISTÓTELES
ÉTICA A NICÓMACO
por
Raúl Garrobo Robles

Tras visitar un par de librerías especializadas en la compraventa de libros de segunda mano, fue esta traducción de la Ética a Nicómaco adquirida a la sazón la que, entre las recientes adquisiciones, terminó imponiéndoseme irresistiblemente. Leído con fervor durante las semanas postreras de una inminente paternidad, este tratado de Aristóteles alumbra entre sus páginas el canon de la ética grecorromana: desde la por sí misma deseable “vida buena” o “buen vivir” como finalidad de una vida humana en acuerdo con el ejercicio de la virtud, hasta la necesidad de amistad entre los hombres virtuosos. Ética finalista por excelencia, la aristotélica no es, como la epicúrea, una ética asertiva, suerte de GPS para recorrer sin miedo a equivocarnos el camino correcto hacia la felicidad, sino deliberativa, pues, a la manera de una brújula, se ofrece como instrumento para, por sucesivas aproximaciones, hacernos corregir el rumbo evitando que caigamos por exceso o por defecto en comportamientos y pasiones erróneas. En tiempos de zozobra, bien pudiera saber a poco, pues no hay aguja certera en el interior de la tempestad.

Aristóteles, Ética a Nicómaco, traducción de José Luis Calvo Martínez, Alianza Editorial, Madrid, 2004.

Jorge Riechmann, "Todo tiene un límite: ecología y transformación social"

PRETEXTOS
JORGE RIECHMANN
TODO TIENE UN LÍMITE: ECOLOGÍA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL
por
Raúl Garrobo Robles

“Llegar tarde” a un libro consiste, en lo básico, en comprender que éste llevaba ya un tiempo esperándonos y que, de haberlo tomado entre tus manos algunos años antes, su aprovechamiento hubiera sido considerablemente mayor. Aun sin saberlo, los libros nos rondan; están ahí, tanto como sus autores, buscando un lógos en el que enraizar; pero a menudo permanecemos sordos a su reclamo. Yo conocí a Jorge Riechmann en el año 2010, poco después de mi regreso a Madrid, en un seminario alternativo celebrado en la Tabacalera. Por aquel entonces ya debía él ser profesor de filosofía moral en la Universidad Autónoma de Madrid, pero como mi paso por los estudios reglados de tal universidad habían concluido algunos años antes, no llegué a ser alumno suyo. Fue mi amiga Laura, algo más joven que yo, quien me puso en su pista inicialmente invitándome a acompañarla a la Tabacalera para escuchar a ese “nuevo” profesor de la Autónoma. Casi 10 años después he leído Todo tiene un límite, que fue publicado hace ya 18. De nuevo llego tarde. Estas semanas vengo asistiendo al curso Clásicos del pensamiento crítico, codirigido por el propio Riechmann, y me pareció oportuno leer algo suyo, aproximarme a su pensamiento. Y compruebo consternado que la vigencia de este librito, el mundo humano frente al que reacciona, se encuentra intacta. Pero ahora no soy yo tan sólo el que llega tarde. Asisto estupefacto con su lectura a un cuadro desolador. Algunas ideas laceran, por la desnudez de la verdad que las enuncia, mi sensibilidad: nos encaminamos hacia un ecocidio colectivo, pero como no es tan sólo "mi" hora la que se acerca, sino la de todos, es como si la muerte nos fuera dulcemente tolerable. No detendrá, por ello, su hýbris consumista y despilfarradora el hombre del Siglo de la Gran Prueba. No dejará éste a un lado la engreída y todopoderosa lógica interna del capitalismo, la misma que atenaza los cimientos de un planeta con recursos limitados y que lo conduce a desatender la racionalidad superior, ecológica y global, dentro de la que se inscribe; si bien es cierto que la llave de la transformación social que habría de revertir del desastre sigue estando todavía en nuestras manos y que, para hacer uso de ella, tan sólo seguimos requiriendo, hoy como hace 20 años, de la voluntad que conlleva autolimitarnos.

Jorge Riechmann, Todo tiene un límite: ecología y transformación social, Editorial Debate, Madrid, 2001.

Aldo Leopold, "Una ética de la tierra"


PRETEXTOS
ALDO LEOPOLD
UNA ÉTICA DE LA TIERRA
por
Raúl Garrobo Robles

La figura de Aldo Leopeold, inscrita en la Norteamérica de la primera mitad del siglo XX, constituye uno de los pilares fundacionales de la ecología contemporánea. Su objetivo: extender el terreno operativo de la ética incorporando a ésta las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza, con la que formamos un equipo o unidad biótica. A través de las páginas y textos que conforman la obra se nos mueve a aceptar en tanto que imperativo moral el deber de preservar el entorno natural en el que se inscribe la humanidad, mas no sólo porque sin él seremos incapaces de salir adelante, sino porque la tierra, la naturaleza y los seres vivos e inertes que la pueblan, tienen valor por sí mismos; no ya únicamente un valor instrumental y económico, como tan a menudo se nos hace notar, sino, además, un valor moral.

Aldo Leopold, Una ética de la tierra, edición de Jorge Riechmann, Catarata, Madrid, 2017.