LAS
IMPLICACIONES FILOSÓFICAS DE LAS TEORÍAS DE LA EVOLUCIÓN
por
Peredur
El
evolucionismo, en términos generales, repercute en el modo de ver el universo y
de situar al ser humano en él. Supone, pues, un cuestionamiento radical y
profundo de nuestro tradicional antropocentrismo, que nos lleva a una nueva autocomprensión
de nosotros mismos: el ser humano es una especie animal más y la vida humana se
encuentra en último término arraigada en la vida biológica.
El lugar del ser humano en el conjunto de
los seres vivos: Copérnico, Darwin, Freud.
La teoría
evolutiva de Darwin se emparenta con el heliocentrismo de Copérnico y la teoría
freudiana de la persona. Los tres suponen un duro golpe a la visión tradicional
según la cual el ser humano ocupa un lugar privilegiado en el conjunto de los
seres vivos. Estas teorías cuestionan las pretensiones humanas de superioridad
sobre el resto de la naturaleza, así como el sentido de dominio asociado a
tales pretensiones.
El ser humano
ya no ocupa un lugar central en el cosmos, pues a partir del astrónomo polaco
Nicolás Copérnico (1473-1543) se dejó de considerar a la Tierra como el centro
del universo para ser vista como un planeta más. Gracias a Darwin y a sus
seguidores el ser humano ha dejado de considerarse a sí mismo como centro de la
creación y, por lo tanto, fuera del proceso evolutivo biológico. Pero, de
hecho, tras los estudios sobre el psicoanálisis realizados por Sigmund Freud (1856-1939)
el hombre ya no es centro ni tan siquiera de sí mismo, esto es, de su propia
conciencia, pues está sometido a impulsos que en ocasiones no puede controlar y
de los que no siempre es plenamente consciente.
El sentido de la evolución: azar o
teleonomía.
A pesar de que
la teoría evolutiva considera la evolución como producto del azar, hay quienes
piensan que la casualidad no puede explicar los resultados de la evolución y
que, en consecuencia, el proceso evolutivo debe estar regido por algún tipo de
orden o finalidad. Se trata de la afirmación de la teleonomía, la cual postula
una finalidad en la evolución, esto es, un orden intencional que puede ser
intrínseco a la propia naturaleza (la mejora continua) o extrínseco (ordenado
por algún agente externo superior: Dios).
La extensión del evolucionismo a las
ciencias sociales: darwinismo social y sociobiología.
La teoría de
la evolución de Darwin surge, como se ha dicho, de la aplicación de los
principios de la demografía de Malthus a los seres vivos. Por tanto, no es de
extrañar que en algunas de las interpretaciones y desarrollos de la teoría de
la evolución se pretenda explicar el desarrollo de la sociedad en términos
evolucionistas. Tal es el caso del darwinismo social, el cual aplica los
conceptos de selección natural y supervivencia de los más aptos al terreno de
la sociedad. Fruto también de esta extrapolación del evolucionismo a lo social
es la llamada sociobiología, creada por el entomólogo Edward O. Wilson. Su
proyecto pretende mostrar las determinaciones genéticas (biológicas) de todos
los comportamientos sociales. Se trataría en ambos casos de reducir la
sociología y lo social a lo biológico. Ahora bien, estas teorías se
extralimitan en sus objetivos, pues es muy diferente decir que el ser humano
está arraigado en la vida biológica que decir que sólo es vida biológica y a
ella se reduce. En efecto, no se pueden estudiar aspectos tan diversos de la
realidad, como son lo social y lo biológico, con un mismo método, siendo tarea
de la filosofía advertir de estos excesos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario