SÓCRATES Y EL
CONOCIMIENTO DE LOS CONCEPTOS
por
Peredur
Sócrates
frente al relativismo de los sofistas.
Ya hemos visto de qué manera Sócrates
se oponía al individualismo de los sofistas. Sin embargo, éste no fue el único
campo en el que Sócrates se opuso a éstos, pues también combatió su
relativismo. En efecto, los sofistas, tal como se puede apreciar en las figuras
de Protágoras y Gorgias, defendieron un relativismo extremo. Lo justo, lo bueno
y las demás virtudes políticas y éticas eran para los sofistas nociones
relativas, pues en última instancia dependían por entero de la opinión de cada
individuo en concreto y, por lo tanto, del subjetivismo cognoscitivo. Sócrates
se opuso rotundamente a este planteamiento, pues creía que en muchos casos sí
era posible obtener una definición sobre qué fueran las diversas virtudes y,
por lo tanto, alcanzar así su concepto común y universalmente válido.
A
la búsqueda de los conceptos: inducción y definición.
El
conocimiento que la mayéutica socrática pretendía engendrar y dar a luz no era
otro que el conocimiento de los conceptos. Para alcanzar éstos, tal y como
apunta Aristóteles, Sócrates se servía de la inducción y la definición, siendo
la segunda el resultado de la primera. En efecto, a través de la inducción
Sócrates creía que se podía identificar aquello que permanece idéntico en todo
lo que decimos ser justo, bueno, etc., y, a continuación, fundar sobre ello la
definición del concepto. Así, por ejemplo, lo justo se definiría como aquello
que permanece idéntico e invariable en todos los casos en los que decimos que
algo o alguien son justos.
Estatua neoclásica de Sócrates (Atenas).
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