miércoles, 28 de diciembre de 2011

Aristóteles: Teoría del conocimiento

ARISTÓTELES: TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
por
Peredur

Características del conocimiento fundado.

Para Platón el conocimiento fundado ─esto es, el conocimiento exento de error, el conocimiento científico─ se trataba del conocimiento de lo universal. Para Aristóteles, en cambio, el conocimiento fundado ha de serlo no sólo de lo universal, sino también de lo necesario. En este respecto, Aristóteles entiende por conocimiento necesario un tipo de conocimiento cuyas conclusiones no pueden ser de otra manera y en el que su objeto de estudio es igualmente necesario, esto es, necesariamente existente. Así, por ejemplo, el mundo físico es necesario, pues existe desde siempre y no puede no ser. De ahí que los principios de la física sean también necesarios.

El método para alcanzar el conocimiento fundado: el silogismo apodíctico o deducción demostrativa.

El método es un camino para alcanzar un determinado fin ─en este caso, el conocimiento fundado─. En los presocráticos no había reflexión alguna sobre el método. Esta reflexión comienza con los sofistas, los cuales desarrollaron un método propio: la erística o arte de la disputa verbal (éris: ‘disputa’). Para Sócrates el método adecuado para hacer alcanzar el conocimiento era la mayéutica (de naturaleza inductiva), mientras que para Platón no era sino la dialéctica.

Tras reflexionar sobre los distintos métodos empleados con anterioridad, Aristóteles considera que ninguno de ellos conduce al conocimiento científico o bien fundado, pues no tienen en cuenta la estructura formal de los razonamientos necesarios ─aquellos en los que la conclusión se extrae necesariamente de las premisas─. Para Aristóteles, la estructura formal de los razonamientos necesarios sólo se da en el ‘silogismo apodíctico’ o ‘deducción demostrativa’, la cual presenta las siguientes características:

Es un método deductivo, pues en un silogismo la conclusión se deduce necesariamente de determinados principios o premisas (el vocablo griego syllogismós ─‘silogismo’─ significa literalmente ‘conexión de proposiciones’, esto es, ‘deducción’).

Es el método por el que se demuestra la necesidad formal de una deducción (el término griego apódeixis significa ‘demostración’).

A continuación ofrecemos un ejemplo de silogismo apodíctico:



El método inductivo (epagogé).

Aristóteles designa con el nombre de ‘inducción’ (epagogé) al método que va de lo menos general a lo más general ─inverso, por tanto, al método deductivo─. Veamos un ejemplo, extraído en este caso de la obra de Aristóteles Primeros analíticos (68b 8-37):


Como se ve, a partir de la afirmación de una serie de casos particulares (hombre, caballo, mulo, etc.) se llega a una conclusión de tipo general (“[Todos] Los animales sin hiel son longevos”).

Aristóteles dice que la inducción es el método de conocimiento más usual entre los seres humanos, pues para nosotros lo más inmediato es lo particular, y no precisamente los principios del conocimiento, los universales. Sin embargo, no recurre casi nunca a este método, pues para él, como ya hemos visto, el conocimiento científico y bien fundado procede de la deducción demostrativa, cuya estructura formal es la del silogismo.

Grados del conocimiento.

A) Conocimiento sensible o ‘experiencia’ (empeiría).

El conocimiento sensible es el que se adquiere a través de la percepción sensible o aísthesis obtenida por los sentidos externos y organizada por la memoria (mnéme). A pesar de constituir el grado inferior, es el conocimiento más inmediato para los seres humanos. Aristóteles denomina a este tipo de conocimiento ‘experiencia’ (empeiría), la cual se caracteriza por ser un conocimiento de lo particular.

B) Conocimiento intelectual.

El conocimiento intelectual se caracteriza fundamentalmente por ser conocimiento de lo universal. Aristóteles distingue varios grados dentro del conocimiento intelectual:

Téchne: ‘arte’, ‘técnica’. La téchne es un grado de conocimiento superior a la experiencia. Como tal, es ya conocimiento de lo universal, aunque todavía no es conocimiento de lo necesario. Es el tipo de conocimiento propio de los artesanos (carpinteros, orfebres, etc.) y de las artes poéticas o creativas (poesía, pintura, escultura, etc.).

Phrónesis: ‘prudencia’, ‘sabiduría práctica’. Al igual que la téchne, es un conocimiento de lo universal, pero no de lo necesario. Se trata en este caso de un saber acerca de las acciones de la vida humana, es decir, acerca de nuestra conducta. Es, por lo tanto, el saber característico de la ética y la política.

Epistéme: ‘ciencia’, ‘deducción demostrativa’. La epistéme es ya un saber tanto de lo universal como de lo necesario. Funciona demostrativamente a través de silogismos en los que a partir de unos enunciados dados ─las premisas─ se obtienen unas conclusiones.

Noûs: ‘inteligencia’, ‘intelecto’, ‘entendimiento’. Como el proceso por el que unas proposiciones llegan a deducirse a partir de otras proposiciones previamente demostradas es un proceso que no puede ser llevado hasta el infinito, deben existir forzosamente unos principios indemostrables ─es decir, no deducibles ellos mismos desde ninguna otra proposición─ a partir de los cuales se deduzcan el resto de proposiciones. El noûs es precisamente la facultad que nos permite conocer estos principios, para lo cual se sirve de la intuición intelectual. En todo caso, estos principios pueden ser de dos tipos: a) particulares o tesis, es decir, exclusivos de una determinada ciencia ─como, por ejemplo, “todos los ángulos rectos son iguales entre sí”, principio que la geometría no comparte con ninguna otra ciencia─; y b) generales o axiomas, esto es, válidos para todas las ciencias ─como el principio de no contradicción, según el cual “no es posible que proposiciones contradictorias sean verdaderas al mismo tiempo”─.

Sophía: ‘sabiduría’. Es la culminación del conocimiento, la cual resulta de la conjunción de noûs y epistéme. Consiste, por lo tanto, en la intuición intelectual de los principios y en la posterior demostración de cómo a partir de ellos se deduce el resto del saber.

Independencia y clasificación de las ciencias.

A) Independencia de las ciencias entre sí.    

Para Aristóteles las distintas ciencias son independientes entre sí, pues cada una de ellas tiene sus propios principios y se ocupa de un ámbito concreto de la realidad. No es posible, en consecuencia, una ciencia absolutamente universal, es decir, una ciencia volcada en el estudio de la totalidad de lo real. Esto último, sin embargo, pretendía ser precisamente la dialéctica platónica, de ahí que Aristóteles la considerase inviable e inadecuada.

B) Clasificación de las ciencias.

Aristóteles distingue entre ciencias de lo posible y ciencias de lo necesario.

Las ciencias de lo posible son para Aristóteles de dos tipos: a) las ciencias prácticas ─la ética y la política─, cuyo objeto de estudio no es otro que la acción humana; y b) las ciencias poéticas (poíesis: ‘producción técnica o artística’) ─poesía, gramática, retórica, arquitectura, medicina, zapatería, carpintería, etc.─, centradas en la producción técnica o artística.

También llamadas ciencias teoréticas o contemplativas, las ciencias de lo necesario son para Aristóteles las ciencias en sentido pleno. A ellas pertenecen la lógica, las matemáticas, la astronomía, la física, la teología y la ontología.

Aristóteles contemplando el busto de Homero, por Rembrandt  (1653).

1 comentario:

  1. Hueso duro de roer para quien sólo es admirador de la filosofía y de los que se dedicaron a ella. De Platón me quedo con su ciencia volcada ql estudio de la totalidad de lo real y de Aristóteles con su diferenciación entre las ciencias de lo posible y de lo necesario (y no porque sea lo último del post).

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