lunes, 29 de agosto de 2011

Jenófanes de Colofón

JENÓFANES DE COLOFÓN


JENÓFANES DE COLOFÓN

Al igual que los naturalistas milesios, Jenófanes (2ª mitad del siglo VI a. C.) también nació y se crio en Jonia, concretamente en Colofón. Algo más joven que Anaxímenes, la amenaza persa sobre las ciudades-Estado de la costa jónica le obligó a exiliarse en el sur de la península Itálica. Allí llevó una vida de poeta errante, mas, como veremos a continuación, no fue nunca un rapsoda a la manera homérica. Antes bien, Jenófanes fue muy crítico con la tradición teológica transmitida por Homero y Hesíodo en sus poemas.

Aunque nunca desarrolló una teoría física, Jenófanes ocupa un lugar destacado en los orígenes del pensamiento filosófico, pues aplicó en el campo de la teología los principios racionales desarrollados por los naturalistas milesios. En el siglo VI a. C. la imagen tradicional de la divinidad no era otra que la esbozaba por Homero y Hesíodo en sus respectivas obras. Jenófanes, que también era poeta, pretendió igualmente educar al pueblo en la verdad de la divinidad. Sin embargo, influido desde su juventud por sus compatriotas milesios, Jenófanes no podía ya aceptar la imagen tradicional de la divinidad.

Zeus y el águila, uno de sus emblemas, decoran el interior de esta kýlix lacedemonia (ca. 560 a. C.).

Para Jenófanes no hay razón para creer que los dioses son antropomórficos. La observación de otras culturas ajenas a la griega le permite decir que son los hombres quienes hacen a los dioses a su imagen y semejanza. Así, por ejemplo, los etíopes representan a sus dioses con nariz chata y piel oscura, mientras los tracios, por su parte, se los imaginan con ojos azules y pelo rubio. De hecho, si los animales pudieran representar a sus dioses también lo harían a su imagen y semejanza.


Atenea con yelmo y armadura. Fragmento de ánfora ática del Museo de Pintura de Berlín (ca. 500-490 a. C.).

Por otro lado, la crítica etnológica sobre la multiplicidad de figuras divinas permite a Jenófanes proclamar que dios es uno y único, y que ni física ni intelectualmente se asemeja a los hombres. Como podemos observar, este monoteísmo encuentra su inspiración en la filosofía de los monistas milesios, pues mientras éstos afirmaban que el único y sumo principio era divino, Jenófanes manifiesta que Dios, fundamento de todo lo existente, es uno y único.

Helios en su carro alado. Crátera ática del Museo Británico de Londres (ca. 430 a. C.).

SELECCIÓN DE TEXTOS

(1)
«Los etíopes dicen que sus dioses son chatos y negros y los tracios que tienen los ojos azules y el pelo rubio»; [Clemente de Alejandría, Stromata, VII 22, 1.].

(2)

«Si los bueyes, los caballos o los leones tuvieran manos y fueran capaces de pintar con ellas y de hacer figuras como los hombres, los caballos dibujarían las imágenes de los dioses semejantes a las de los caballos y los bueyes semejantes a las de los bueyes y harían sus cuerpos tal como cada uno tiene el suyo»; [Clemente de Alejandría, Stromata, V 109, 3].

(3)

«[Existe] un solo dios, el mayor entre los dioses y los hombres, no semejante a los mortales ni en su cuerpo ni en su pensamiento»; [Clemente de Alejandría, Stromata, V 109, 1].

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2 comentarios:

  1. setecientos años antes, Akhenaton ya descubre las ventajas políticas de establecer un paralelo entre lo esotérico y el poder en la tierra. Su invento, cuya elaboracion y fuentes desconocvemos, arraigó entre unos pocos que continuaron con la creencia , más o menos desarrollada , y probablemente un puñado de esos fieles, cien años después, quizá sale de Egipto , lo que daría pie al mito del Exodo, y provocaría la coagulación de algunas tribus para formar el pueblo de Israel. No es extraño `pues, que la idea de un dios unico anduviese dispersándose y manteniéndose en todo el Mediterráneo oriental hasta llegar al siglo VU y a Jenófanes, ya desprovista la idea de la carga política originaria pero manteniendo la capacidad de unión de unas sociedades fuertemente amenazadas. Todo esto es puramente especulativo, pero quizá valga la pena ir buscando confirmación o denegación...

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  2. Es una idea atractiva ésa que nos traes, aunque, como buen lector de Lévi-Strauss, no considero necesario recurrir al difusionismo (inter)cultural para justificar la presencia entre sociedades distintas de rasgos culturales idénticos o similares. Creo sinceramente que, en este caso (el del monoteísmo de Jenófanes) es mucho más plausible y sencillo suponer la influencia en él de la teología monista de sus camaradas (por jonios) milesios.

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